El humorista cubano Ulises Toirac dedicó un sentido mensaje al recientemente desaparecido caricaturista antillano Juan Padrón.

“En algunas partes del mundo los doctores, que estudiaron para dar vida y ese es el centro de su profesión, están decidiendo si quitarle un respirador a una persona para salvar a otra que tiene más posibilidades. No es un chisme, no es una telenovela, está sucediendo. Y ellos van a vivir el resto de sus días con esas decisiones”, dijo.

“Empiezo de esta manera para enfatizar la tragedia que está viviendo el mundo en estos días. Y las consecuencias que viven los pueblos a causa no solo de las decisiones de sus gobernantes, sino de las decisiones a título personal y que repercuten en toda la sociedad de una manera u otra”, añadió.

“Aquí la cosa va muy grave. En primer lugar, la economía tira muy duro contra el aislamiento social, porque es una economía para la que un confinamiento como los que han decretado otros países provocaría un estado de emergencia desastroso”, señaló.

“Por otro lado, la gente TIENE que salir a comprar, porque la crisis de suministros sigue, y hoy aparece el pollo en 3ra y 70 y mañana el jabón en Carlos Tercero. Y la gente vive el día a día y para ellos no es tan fácil avituallarse para quince días o un mes”, reconoció.

“Hoy mismo estamos en casi 60 casos positivos y quien sabe cuántos más hay que no han entrado en la canasta, pero además de esos casos, está la gente asintomática, que son portadores, pero no enferman”, destacó.

“Las medidas tomadas este lunes son positivas, pero no creo que paren la avalancha. Más aún cuando esas mismas medidas no se están llevando a hechos con rigurosidad”, advirtió.

“Y creo que además el cubano tiene una sicología que en otros sitios ha desembocado en las escenas dantescas de hoy en otras latitudes: A MI NO ME VA A DAR NADA”, indicó.

“Es hora (es hora desde hace dos semanas, pero ya es imperativo de vida o muerte) que la gente tome conciencia y sepa que, SI LE VA A DAR y que con su cubanísima forma de conducirse está poniendo en juego su vida, la de su familia, la de sus conocidos e incluso del desconocido que pase cerca o le de la mano”, refirió.

“La muela es larga, pero veo tanta indolencia y tanta pose de avestruz, que creo que vale la pena”, finalizó. 

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