La metedura de pata de Sandro Castro, al restregar al pueblo cubano su flamante Mercedes Benz deportivo, ha destapado la caja de pandora al régimen. Los nietos y sobrinos (casi Cuervos y Sobrinos) de la familia gobernante han mostrado una desaforada sed de consumo. Ahora, en el ojo del huracán, encontramos a Hector Castro Santana, otro amante del lujo al estilo Sandro.

Hector es nieto de Ramón Castro, el mayor de los hermanos, quien en vida se dedicó a la industria azucarera, hoy en crisis en el país. Castro Santana dirige una de las tantas empresas de la red de testaferrato del régimen. A la cabeza de CC Law Firm en España, pone a prueba su capacidad de hacer dinero con empresas capitalistas. 

Hector, otra oveja negra, no se esconde para mostrar su vida llena de todo lo que dijo odiar su tío abuelo Fidel y lo que Raúl le limita a los cubanos. El autodefinido como “empresario exitoso”, muestra su vida en redes sociales que va desde lujosos eventos en Europa hasta paradisíacas playas en las Bahamas. 

El nieto de Ramón es todo un aficionado a los habanos más caros y se le puede encontrar en eventos de la alcurnia europea exponiendo los productos de la isla que sus tíos gobiernan como una finca. 

A diferencia de Sandro, Hector al menos prefirió gastar parte de la fortuna familiar en formarse en las mejores universidades (no de Cuba). En su currículo se cuenta un Máster de la Universidad de Alcalá (Madrid), en 2001; y otro Máster EAE Business School y la Universidad de Barcelona, en 2019. 

Mientras miles de cubanos penan por llevar un plato de comida a la mesa, cómo es posible que la familia Castro viva de lujo en lujo, gozando de todo lo que nos prohibieron por más de medio siglo. No necesitamos que Humberto López nos explique, sabemos muy bien como funciona el sistema.

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