'El gobierno cubano necesita excusas, y Washington, se las da' cubano no se calla nada

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 24 de junio de 2020

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Yunior García Aguilera, es cubano vive en Cuba, y tiene una percepción muy clara de la realidad de la isla.

Esta reflexión suya en redes, es viral entre los nacidos en la mayor de las Antillas, su palabras merecen ser leídas en todas las orillas donde se encuentre asentado un cubano:

Tal vez este post moleste a los extremos ideológicos en Cuba. Probablemente muchos, aunque coincidan, no se atrevan a compartirlo. A lo mejor no reciba ningún "like" y sí algunos comentarios en contra. Pero se trata de una verdad personal, que, si la prudencia me obligara a callarla, yo me sentiría como un cobarde.

Soy padre y no quiero emigrar. Soy, además, un cubano crónico. Más allá de las preocupaciones por la pandemia, hay otra enfermedad nacional que me desvela: el conformismo. Despertar y saber que en la casa falta de todo, desde el plato fuerte hasta un mísero jabón, saber que adquirirlo ya no solo depende del dinero, sino de la suerte y las infinitas colas, ponen a prueba, mi hasta ahora, saludable sentido del humor.

Honestamente no tengo demasiada fe en la gestión de ciertos ministerios. La política sigue intentando meterse "a la cañona" en una azucarera cada vez más angosta. Se desoye y criminaliza a casi todo economista sensato que ofrece soluciones. La piedra de Sísifo sigue rodando cuesta abajo, cuando parecía que se avanzaba, aunque fuera un metro.

Pero no solo quiero hablar de la ineficiencia de algunos "graduados" en la escuela "Ñico López", sino también de esa otra piedra que llevamos en el zapato: el bloqueo.

El gobierno cubano necesita excusas, y Washington, en ese sentido, sigue siendo su principal socio comercial.


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He visto en redes como muchos cubanos niegan la existencia del bloqueo. Pero, a pesar de que el tema es tan reiterativo que aburre, y a pesar de que algunos de los productos que hemos adquirido en tiendas del Estado lleven la etiqueta "Made in USA", la realidad es que el embargo comercial y financiero existe... y crece.

Y esta política no solo afecta a los 700 000 militantes del PCC, sino sobre todo al cubano sencillo, a los cuentapropistas, a los propios emigrados, a todo el mundo. No es simple retórica afirmar que es inhumano. Hay que decir también que es ineficaz.

Trump podría molestarse con los negacionistas, porque él mismo ha puesto mucho empeño en fortalecerlo. Cada semana el presidente norteño envía a Cuba toneladas de pretextos, cientos de barriles de excusas.

Hay un sector de línea dura en la nomenclatura que parece sentirse muy a gusto con el bloqueo. Varios de sus tanques pensantes mostraron extremada preocupación con las políticas de Obama hacia la Isla y expusieron el enorme peligro que veían en la posible "normalización de relaciones" entre ambos países. Y es comprensible.

El diferendo ha sido el plato fuerte del discurso político desde 1959. Los estrategas cubanos han acumulado una enorme experiencia durante todas estas décadas. Cuba se convirtió, durante años, en paladín del movimiento internacional antimperialista.

Hoy, reconozcámoslo, hemos perdido protagonismo en esas luchas. El diferendo solo es de interés para unas minorías que se aprovechan del conflicto. Y el saldo general, para la mayoría de nosotros, ha sido negativo.

El bloqueo ofrece excusas para los fracasos e ineficiencias internas, refuerza la solidaridad internacional y proporciona victorias diplomáticas. En fin... ¿de qué hablarían nuestros políticos si mañana no existiera el bloqueo?

Por otra parte, el "estado de sitio" es usado para justificar la represión y la censura, así como la falta de transparencia en muchas operaciones comerciales y en el funcionamiento de determinadas empresas estatales.

¿Cuántos años más deben transcurrir para que algunos entiendan el fracaso de esas políticas agresivas?

El gobierno cubano no parece demasiado interesado en buscar una solución al conflicto. Siempre y cuando aparezca un nuevo aliado y tengamos en la ONU otra "aplastante victoria", el embargo puede seguir ahí, como el dinosaurio de un cuento muy corto, que, para la mayoría de nosotros, representa una larga y agotadora realidad.

Tal vez debería ser la oposición en Cuba quien tenga la iniciativa de ponerle fin a este sinsentido. Muchos de ellos tienen la posibilidad real de acercarse al Congreso norteamericano y alzar su voz contra una política fracasada e injerencista. Sería una oportunidad concreta de hacer algo que beneficie a los cubanos aquí y ahora, de lograr un resultado que refuerce su visibilidad hacia el interior de la Isla y de ganar un prestigio que legitime su derecho a participar en la política interna.

Francamente, no quiero heredarle a mi hijo un país donde un clan de "cuadros" que viven en casas con piscinas, pasean en carro y jamás se han metido en una cola, le exijan sacrificios que ellos mismos no son capaces de asumir. Ya vimos como nuestros galenos, quienes tuvieron el coraje de meterse en el epicentro de la pandemia, fueron recibidos en el aeropuerto con protocolos de distancia. Ningún ministro estuvo en la escalerilla del avión, aunque sí enviaron a otros a entregarles flores.

Tampoco quiero que mi hijo repita esa conformista frase de "esto ni lo tumba ni lo arregla nadie". Basta ya de perpetuar un cinismo que recicla hipocresías.

Sobre estos temas que afectan a todos los cubanos, ya es hora de que algunos ATERRICEN. Y de que otros... ALCEMOS EL VUELO.



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