Todo quedó documentado en su canal de YouTube. Los hechos sucedieron mientras la joven influencer cubana realizaba una transmisión en vivo por las calles de La Habana.

‘¡Borra eso!’, dijo él sin titubear, con su uniforme verde, su boina roja y su contundente voz. Ella, medio confundida, bajó la cámara, entonces no se veía el rostro del represor que la puso nerviosa y que, además, la obligó a terminar su directa.

Sin embargo, Carballo no borró su video.

La periodista independiente Camila Acosta, colaboradora del portal Cubanet Independiente, se hizo eco del audiovisual y relató el lamentable acontecimiento que involucró a la youtuber.

“¡Borra el vídeo!”, le ordenó el militar a la YouTuber Camila Carballo. ¿Por qué? Porque la joven, mientras paseaba por la calle e interactuaba en vivo con sus seguidores, pasó junto a ellos y su cámara los captó por unos segundos.

En el vídeo se percibe que en un primer momento los guardias no saben qué hacer cuando se percatan de esto, pero el miedo a la cámara es más fuerte e interceptan a la muchacha, interrumpen su transmisión para ordenarle, sin explicación o amparo legal alguno, que borre el vídeo porque ellos salían en él. 

Camila Carballo habla de cine cubano, es decir, nada que atente contra el poder totalitario cubano, pero vive en Cuba y, como tal, no escapa a las consecuencias de vivir en dictadura.

El accidental final de su vídeo, que finalmente no borró, muestra una vez más del desamparo legal de los ciudadanos cubanos, el abuso de poder de las autoridades y su impunidad.

Este pueblo necesita urgentemente educación cívica, y aún más leyes de protección a sus derechos humanos. Los militares cubanos necesitan entender de una vez que sus uniformes no les dan la potestad para hacer lo que les dé la gana. Pero todo proceso de cambio comienza por personas como Camila Carballo, que no se dejan intimidar y siguen adelante.

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