‘No se podía sobrevivir, era un suplicio’, cuenta un cubano a la prensa española sobre cómo eran sus días en Cuba.

El hombre que identifican como Adalberto, natural de Cabaiguán ya peina canas y pasa de los 50 años, pero asegura que prefiere trabajar eternamente en las plantaciones de plátano en Tenerife que regresar a la isla.

“No se podía sobrevivir, era un suplicio. Cuando terminabas de comer hoy, ya estabas pensando en lo que ibas a hacer para comer mañana”, cuenta el cubano que según explica trabajaba entre la agricultura y la albañilería.

“Tuvimos que vender la casa para poder venir, [y ahora] yo no conozco día libre…Aquí vivo honradamente con lo que gano”, dice Adalberto, cuya esposa se acogió a la nacionalidad española por su ascendencia canaria, llegó 2008 y ahora percibe un salario de 850 euros en 14 pagas en la finca, más los extras en el mercadillo.

El reportaje de Diario de Avisos, busca llamar la atención de cómo los cubanos han venido a llenar un vacío de mano de obra en la industria de esa región española:

“Es difícil dar un número exacto, pero, según datos del Instituto Canario de Estadística de octubre de 2019, hay en el Archipiélago 842 personas afiliadas a la Seguridad Social en el sector agrario que tienen nacionalidad cubana o han nacido en la isla caribeña”, explican.

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