Ana Hurtado en Cuba y Cao de Benós en Norcorea: dos españoles en defensa de regímenes comunistas

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 18 de noviembre de 2022

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Si la influencer Ana Hurtado ha irritado a muchos cubanos con sus comentarios hirientes sobre Pablo Milánes y su defensa a ultranza del castrismo, esperen a conocer a Alejandro Cao de Benós de Les Pérez, el “soldado” español a las órdenes de la dictadura estalinista de Corea del Norte. 

Más allá de haber sido recibida por Miguel Díaz Canel y de declararse “miliciana verde olivo” y “fidelista”, la influencia de Hurtado no se acerca a la extensa hoja de servicios de Cao de Benós, el único occidental que posee un cargo en el gobierno de la nación más represiva del planeta. 

Para algunos un personaje bufonesco, para otros un sujeto sumamente peligroso, Cao de Benós (Tarragona, 1974) no es un individuo cualquiera. Es nada más y nada menos que el único representante extranjero de la dictadura de Pyonyang y como tal posee dos nombres en coreano: Cho Son-Il (Corea es una sola) y Changunim Chosa (Soldado del General). Su cargo oficial: Delegado del Ministerio de Relaciones Culturales con el Extranjero, con oficinas en la capital norcoreana. 

Ahora no puede salir de España porque el FBI lo incluyó hace unos meses en la lista de los más buscados. De hecho, es el único ciudadano español bajo orden de captura por la agencia federal de EE.UU. Se le acusa de conspirar para ayudar al régimen de Kim Yong-Un a eludir las sanciones internacionales mediante un esquema ilegal de criptomonedas. También tiene otra causa abierta en España por tráfico de armas, según él para su defensa personal. 

Pero hasta hace poco era bastante común verlo en sitios gubernamentales de Corea del Norte, enfundado en un uniforme militar sin espacio para una medalla más, mientras toreaba y perseguía a periodistas occidentales que trataban de arrojar alguna luz sobre los atropellos de esa dictadura, como los campos de trabajos forzados donde languidecen cientos de miles de prisioneros, las torturas, los fusilamientos y la hambruna. 

Hace unos años, todavía en vida el dictador padre del gobernante actual, Cao de Benós era toda una celebridad en el régimen ermitaño. Encabezaba manifestaciones de exactitud coreográfica y aparecía en vídeos en la tv oficial cantando óperas norcoreanas con el estribillo “Seré el soldado del Mariscal Kim Jong-Il”. 

Sus declaraciones eran todavía más explosivas. Según él, en Corea del Norte no existía hambruna sino “algún problema vitamínico”, los campos de trabajos forzados eran casi centros vacacionales y aquel país no pasaba de ser un reino apacible con “vivienda, sanidad y educación gratuitas (…) lleno de libertades”. 

“Todo es falso. No hay ni torturas ni ejecuciones públicas. Apenas se han aplicado dos penas de muerte. Sólo hay centros de reeducación donde la gente realiza estudios políticos”, es una de sus afirmaciones más recordadas. 

En ocasiones adoptaba una actitud belicosa, como cuando le dijo al diario La Verdad en el 2010: “Nuestras bombas atómicas pueden llegar a New York”. O cuando admitió haber destrozado la habitación en Pyongyang de un reportero norteamericano de ABC en busca de filmaciones secretas que comprometían al régimen norcoreano. 


Hijo de una familia de nobles catalanes (él asegura que tiene “sangre azul y alma roja”), Cao de Benós se vinculó muy joven a organizaciones comunistas, pero desde los 16 años quedó cautivado por la propaganda elemental de Corea del Norte. Se dice que su fe ciega en la familia de los Kim y en la ideología Juche (la versión local del marxismo) tuvo su recompensa en el 2002, cuando el régimen le abrió las puertas del país y comenzó a recompensarlo con medallas y puestos de cierta repercusión internacional. 

No está muy claro si conserva en la actualidad el mismo nivel de acceso gubernamental, pero él afirma que continúa siendo un funcionario del régimen de Kim Jong-Un. Hace una semana reapareció en un reportaje de la cadena española La Sexta, donde dijo que mantiene el apoyo “de la Embajada (norcoreana en España) y de los amigos en Corea del Norte directamente”. Denunció que ha recibido “varias amenazas de muerte” y que “luchará por sus ideas hasta el final”. 

Eso sí, ha continuado muy activo presentando conferencias en universidades, salones y asambleas vecinales de toda España a las que asisten cientos de interesados en conocer las bondades de la ideología comunista y los éxitos de Corea del Norte.


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