En plena crisis energética, con apagones prolongados y transporte prácticamente paralizado, el régimen cubano decidió mantener la conmemoración del 69 aniversario del desembarco del Granma. Este lunes, caravanas de autobuses y vehículos oficiales trasladaron a los participantes hasta Playa Las Coloradas, Niquero, en un despliegue que contrastó con la falta de gasolina para la vida cotidiana.
Las imágenes difundidas por CNC TV Granma mostraron filas interminables de ómnibus repletos de militantes rumbo al acto, mientras la mayoría de los cubanos apenas logra moverse dentro de sus municipios por la escasez de combustible. El contraste fue evidente: uniformes y sonrisas en el desfile oficial frente a colas interminables de ciudadanos desesperados por gasolina y diésel.
“Desde la cabecera municipal en Niquero sale la caravana con los participantes en el acto provincial por el #69Aniversario del Desembarco del Yate Granma”, publicó la televisión estatal, acompañando la transmisión con imágenes que parecían más propaganda que reflejo de la realidad.
El acto estuvo encabezado por Yudelkis Ortiz Barceló, primera secretaria del Partido Comunista en Granma, y Yaritza Jérez Cabrera, primera secretaria de la UJC, junto a otros dirigentes locales. Según la prensa oficial, la jornada incluyó entrega de carnés a nuevos militantes y discursos sobre “unidad y patriotismo heredado de los héroes de la Revolución”.
En redes sociales, la indignación fue inmediata. Usuarios criticaron el uso de transporte estatal y combustible para un acto político mientras escasean los recursos básicos. La isla sufre apagones interminables, hospitales con servicios reducidos, termoeléctricas al mínimo y transporte intermunicipal suspendido. La falta de gasolina incluso afecta fumigaciones contra mosquitos, esenciales para prevenir arbovirosis.
“Para los actos del Partido siempre hay combustible, pero para llevar enfermos o alimentos no aparece una gota”, escribió un internauta, reflejando el malestar generalizado.
La cobertura oficial, fiel a su guion, repitió consignas sobre la épica del Granma y la unidad revolucionaria, ignorando el drama económico y social que golpea a la población. En definitiva, la conmemoración del 2 de diciembre se vivió como un despliegue de recursos concentrados en propaganda, en un país donde lo esencial para la vida diaria sigue escaseando.
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