El Aeropuerto Regional de Marana, en Arizona, fue escenario de una nueva tragedia aérea cuando dos aeronaves colisionaron en el aire, dejando un saldo de dos muertos. Este accidente se suma a una serie de incidentes aéreos ocurridos en los últimos meses en EEUU, lo que ha generado preocupación sobre la seguridad en la aviación.
De acuerdo con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el choque involucró a un Cessna 172S y un Lancair 360 MK II, ocurriendo alrededor de las 8:28 a. m. de este 19 de febrero. La información preliminar indica que ambas aeronaves se desplazaban contra el viento de la pista 12 cuando colisionaron. Mientras que el Cessna logró aterrizar sin mayores consecuencias, el Lancair se estrelló cerca de la pista 3 y explotó tras el impacto, ocasionando la muerte de sus ocupantes.
El Aeropuerto Regional de Marana es considerado un "campo no controlado" por la Administración Federal de Aviación (FAA), lo que significa que carece de una torre de control operativa. En estos casos, los pilotos deben utilizar una frecuencia de aviso de tráfico para coordinar sus movimientos y evitar colisiones. Sin embargo, la responsabilidad de mantener una distancia segura entre aeronaves recae en los pilotos al mando, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad en este tipo de aeródromos.
La NTSB ha iniciado una investigación para determinar las causas exactas del siniestro, centrándose en tres aspectos clave: el desempeño de los pilotos, las condiciones mecánicas de las aeronaves y el entorno operativo. Los restos del Lancair serán trasladados a una instalación segura para un análisis más detallado.
Este accidente no es un caso aislado. En lo que va del 2025, al menos cuatro accidentes aéreos han ocurrido en Estados Unidos, con un saldo total de 85 víctimas mortales. Entre los incidentes más recientes destaca el choque de un vuelo de American Airlines con un helicóptero del Ejército en Washington D.C., que cobró la vida de 67 personas, y el accidente de un avión de transporte médico en Filadelfia, que dejó siete muertos y 19 heridos.
Además, la semana pasada, un piloto falleció y otro resultó herido cuando un jet privado, propiedad del músico Vince Neil, se salió de la pista en Arizona y chocó contra otra aeronave.
Estos sucesos han encendido las alarmas en el sector aeronáutico, que enfrenta desafíos relacionados con la seguridad operativa y el control del tráfico aéreo en aeropuertos de menor categoría. Las investigaciones en curso serán determinantes para esclarecer las causas de estos accidentes y prevenir futuras tragedias en los cielos de Estados Unidos.