Una reciente ola de inspecciones sanitarias en el sur de Florida dejó al descubierto condiciones alarmantes en varios restaurantes, entre ellos dos muy conocidos en Hialeah: Chinos de Miami Lakes y Konos.
Ambos fueron cerrados temporalmente tras hallazgos que comprometen gravemente la salud pública. Las inspecciones, dirigidas por el Departamento de Regulación Comercial y Profesional de Florida, revelaron cucarachas vivas y muertas, fallos en la refrigeración de alimentos, falta de agua potable y prácticas de higiene deficientes por parte del personal.
"En Chinos de Miami Lakes, los inspectores documentaron cucarachas en áreas de preparación de comida, moho en la máquina de hielo y acumulaciones de suciedad. Los alimentos se almacenaban a temperaturas no seguras, representando un serio riesgo de intoxicación."
Este restaurante, ubicado en la Calle 67 del Noroeste, fue clausurado el 25 de julio tras considerar sus condiciones como insalubres y peligrosas.
Konos, por su parte, ubicado en la Calle 49 Oeste, fue cerrado tres días antes por no contar con agua corriente. La bomba de agua no funcionaba, impidiendo a los empleados lavarse las manos.
"Esta falla fue considerada una infracción crítica, ya que compromete directamente la higiene alimentaria y la seguridad del cliente." También se reportaron malos hábitos de los trabajadores, manipulando alimentos sin higiene básica.
Además de los casos en Hialeah, fueron clausurados restaurantes en Miramar, Miami y Key West.
En La Tía y Founey Bar y Parrilla Caribeña, ambos en Miramar, se encontraron infestaciones de roedores, restos de comida acumulada y falta de capacitación del personal en normas de sanidad. Otros locales, como el Restaurante Bandeja Paisa y Mangos, también fueron cerrados por almacenar alimentos a temperaturas incorrectas y presencia de insectos y roedores.
Las autoridades han permitido que estos negocios reabran si corrigen todas las fallas detectadas y aprueban nuevas inspecciones. Sin embargo, los hallazgos generan preocupación sobre el control de calidad en la industria de alimentos en el sur de Florida.
Muchos consumidores han expresado su indignación en redes sociales, exigiendo mayor vigilancia y transparencia sobre las condiciones sanitarias de los lugares donde comen cada día.
