Una disputa por un lugar de parqueo en La Pequeña Habana escaló de forma dramática y violenta cuando un hombre resultó herido de bala y dos personas terminaron arrestadas por la policía de Miami.
El incidente, que ocurrió cerca de la intersección de la Southwest Fifth Street y la 27 Avenue, comenzó alrededor de las 6 a.m., cuando Héctor Baqueda, de 33 años, acusó a Edgar Morales de bloquear su paso vehicular. Morales accedió a mover su auto, pero al regresar a explicarle a Baqueda, este le disparó en la pierna y luego le apuntó a la cabeza amenazando con matarlo a él y a su familia.
"Cuando intentó dispararme de nuevo, me lancé sobre él para evitarlo", relató Morales a Telemundo 51, señalando que fue asistido por su padrastro y la pareja de este, quienes lograron quitarle el arma al atacante."
A pesar de haber sido desarmado, Baqueda logró huir. Morales, herido, intentó seguirlo, pero el dolor lo obligó a detenerse. Fue entonces cuando Génesis Arias, de 30 años, llegó en un Toyota RAV4 rojo para recoger a Baqueda y ayudarlo a escapar del lugar.
La policía acudió a la escena y recuperó una bala de 9 mm y fragmentos de un proyectil del mismo calibre. El arma utilizada fue entregada por un testigo, envuelta en una toalla. Más tarde, cerca de las 4:40 p.m., los oficiales localizaron a los sospechosos durante una parada de tráfico en el vecindario de Westchester. Ambos fueron trasladados al Centro Correccional Turner Guilford Knight.
Arias enfrenta cargos de complicidad en intento de homicidio, un delito grave de primer grado, con una fianza de $5.000 y arresto domiciliario. Baqueda, por su parte, fue acusado de agresión agravada con arma de fuego y uso de arma durante la comisión de un delito grave.
"En Florida, estos delitos son extremadamente graves. La ley 10-20-Life establece penas mínimas obligatorias cuando se usa un arma de fuego durante un crimen violento, incluyendo cadena perpetua o incluso la pena de muerte si se demuestra intención de matar," explicó un vocero legal del condado.
El caso continúa bajo investigación mientras la comunidad de La Pequeña Habana permanece en alerta por el nivel de violencia desencadenado por un simple lugar de estacionamiento.
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