Parecerían dos personas diferentes, pero es un mismo hombre: el preso político Armando Trujillo González quien salió recientemente de una cárcel del régimen cubano.
Trujillo González cumplió en su totalidad, una condena de 3 años de privación de libertad.
“Me acusaron de robar con fuerza, en un basurero, un kilogramo de lata, tres cabillas y un pedazo de níquel. Me condenaron a tres años de prisión. Fui conducido a la cárcel de máxima seguridad de Agüica, en Matanzas. Entré con 289 libras y salí con 170 . Es como si hubiera salido de un campo de concentración”, contó a Martí Noticias el cubano.
La ONG Cuban Prisoners Defenders, sin embargo ha denunciado en varias ocasiones que el activista cubano fue víctima de un caso fabricado en su contra por su oposición frontal al gobierno.
El cubano muy afectado por el encarcelamiento relató a la prensa independiente su calvario en la prisión. El contó que vivió con 18 internos amontonados en un cubículo sin luz eléctrica, donde había filtraciones de aguas albañales. En ese sitio, el destacamento donde estaba encarcelado estaba ubicado a 20 metros de una pollera, donde la fetidez era inaguantable.
Armando Trujillo además denunció que no le dieron atención para sus problemas de Salud:
“Se me negó asistencia médica. No había medicamentos, ni los más simples como un ibuprofeno, o una duralgina, o un jarabe anticatarral. Estuve, por los tres años, pidiendo unos espejuelos que nunca llegaron. Dicen que los establecimientos penales no tienen presupuesto para eso”, confirmó Trujillo quien además contó que los guardias del recinto incitaban a que presos de máxima seguridad le golpearan.