El periodista oficialista Fernando Sánchez Rodríguez, quien acostumbra a elogiar ‘los logros de la revolución’ y a arremeter contra los emprendedores, compartió una publicación y se aventuró a criticar a los primeros.

Molesto por la calidad de un picadillo que adquirió en la central provincia Ciego de Ávila, el reportero acudió al ciberespacio a dejar sus opiniones.

A su entender, algún dirigente tuvo que haberse equivocado, pues él no concibe que un picadillo de pescado cueste más que el pollo importado que se vende en la isla.

“Algún decisor se equivocó en las cuentas”, aseguró el comunicador y Cubita NOW reproduce su denuncia, de manera íntegra, a continuación:

PICADILLO DISGUSTADO... DIGO, CONDIMENTADO.

Algo anda mal. No es posible que el picadillo de pescado (casi 80 pesos el kilogramo) tenga un precio de venta mayor que el del pollo de importación. Algún decisor se equivocó en las cuentas, o no entendió bien la tarea ordenamiento y alejó su oído del corazón de la gente.

El argumento es simple. El pollo hay que criarlo, con alimentos, medicinas y cuidados. Luego, procesarlo, congelarlo, empaquetarlo, llevarlo a un puerto y hacer un largo viaje en barco. Finalmente, tomarlo una empresa distribuidora y ponerlo en las tiendas.

Mientras, para el picadillo sólo se requiere pescar cualquier pez en nuestros mares y presas, de cualquier tamaño, incluso el pequeño que no tiene talla comercial. Luego, extraerle la carne, molerla y meterla en una bolsita de nailon transparente.

Después, viene la congelación y el traslado por tierra, unos escasos kilómetros, hasta las pescaderías de la provincia, donde, por cierto, sólo se anuncia como "!Picadillo condimentado". ¿Pero de qué?

De todo este último proceso, el único componente de importación, a saber, es el petróleo, tanto para los barcos, como para los camiones y la generación de la electricidad consumida en el proceso industrial. ¿Entonces?

Si algo bueno tenemos lo cubanos es que somos estudiados e informados, por lo cual no entendemos este desatino y tamaña violación de lo que se ha anunciado por la dirección del país en cuando al incremento de los precios.

El resultado es malestar y cuentas que no cuadran, porque al mes le faltan unos días en los que todavía hay que pagar electricidad, merienda de los niños, viandas y vegetales, transporte... y el dinero, con incremento salarial y todo, dista mucho de ser un chicle.

Nota: Mi esposa y yo probamos el picadillo y no le notamos por ninguna parte el condimento del nombre. No es que no esté, sino que es imperceptible al menos para nuestro paladar, lo cual es como si no estuviera.

De manera que, si el incremento del precio es por el condimento, lo pueden ir rebajando. Además, anunciar una característica de un producto que realmente no la tiene se llama Engaño al consumidor, o estafa, que es lo mismo.

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